Un equipo fuerte y unido. Así es como define José Carlos Belizón, trabajador social de la Oficina de Admisión, cómo son los profesionales que, junto a él, atienden a los usuarios que cada día llegan al servicio de oficina de Atención Social de Jesús Abandonado. Esta área abre de lunes a domingo porque, “si hay un acceso, se le da el servicio. Lo primero para Jesús Abandonado son las personas”, explica nuestro compañero, quien desde hace 14 años forma parte de la Fundación.
Los trabajadores sociales desempeñan un papel fundamental en distintas áreas que integran Jesús Abandonado. En el caso de José Carlos, su principal función consiste en “intentar entrever cual es la problemática que está detrás, por qué subyace esa necesidad de alimentación o alojamiento”. En primer lugar, recibimos la demanda de los usuarios, de las personas que solicitan ayuda. En recepción, se guardan los datos de cada usuario para, posteriormente, facilitarlos a este profesional. Después, se realiza la primera entrevista para valorar su situación.
“El ser humano es social, precisa del vínculo y del contacto”, nos explica José Carlos. Como trabajador social, “lo que hacemos es ir vinculando con esa persona, tratarla con dignidad, respetando sus procesos, poco a poco. Aunque tú veas la problemática clarísima, puede que el usuario no se encuentre en el momento y tienes que respetar que no se ha dado el proceso”. Junto a él, la Fundación cuenta con trabajadores sociales en distintas áreas, trabajando de manera transversal e integral para ayudar a los usuarios en todos nuestros servicios.