La Fundación Jesús Abandonado tiene la vocación de atender a todo aquél que lo requiera de una manera integral, todos los días del año y en todos los ámbitos de la dimensión humana. Acompañamos a cada persona en su realidad, prestando una atención que va más allá de cubrir las necesidades básicas de comer y dormir: damos y somos ‘Mucho Más’, lema en el que llevamos incidiendo en este último año y medio y que creemos que engloba nuestros servicios y recursos.
Nuestras áreas de empleo, formación o vivienda se conjugan con otro tipo de actuaciones que cubren necesidades como por ejemplo la de atender la dimensión espiritual de la persona, fieles a nuestra identidad y a los valores de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Es por eso que no ha sido nada difícil integrar nuestra campaña ‘Mucho Más’ junto a los valores de la Orden, ya que tan sólo tuvimos que pararnos a observar nuestra actividad diaria para reconocernos en ellos.
La Hospitalidad la tenemos muy presente, ya que las personas acogidas en nuestras instalaciones son el centro de nuestra atención, como así nos enseña San Juan de Dios y nos muestra el ejemplo de la Comunidad de Hermanos que reside en nuestro Centro de Acogida. Esa Hospitalidad es el eje alrededor del cual gira nuestro trabajo, se respira en cada rincón y es aplicado a la totalidad de nuestras acciones.
Somos conscientes de la enorme responsabilidad de nuestra labor con las personas más necesitadas, y de la necesaria calidad del servicio que debemos prestar, siempre con el máximo respeto. Aunque las personas en situación de exclusión o en grave riesgo de estarlo que atendemos son inmensamente agradecidos, eso no nos exime ni nos libera de tener unos procesos de calidad que sirvan de control y guía, para indicarnos que lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo bien.
Luchamos continuamente por mejorar nuestra atención y que nuestros voluntarios y profesionales lo tengan integrado en todas sus acciones, ya que el ser una persona sin recursos no significa que no se merezca la máxima calidad. Nosotros debemos estar a la altura aunque todavía queda mucho por hacer.
Asimismo, debemos ser capaces de transmitir a la sociedad que somos responsables, desde el más mínimo detalle del cuidado de las personas hasta la transparencia de la gestión de los fondos que realizamos. Que tenemos ese algo que nos diferencia de otras instituciones y oenegés, que somos mucho más. Demostrar que cumplimos al pie de la letra todo lo exigido en cuanto a buenas prácticas, y que nos diferenciamos como una entidad comprometida con las buenas prácticas de gestión.
Y todos esos servicios y buenas prácticas, esa calidad que queremos mantener día a día, ese respeto hacia la persona y esa acogida que practicamos los 365 días del año está basada en la espiritualidad. Ésta sostiene y mueve todo lo anterior, y nos distingue de manera especial. Como si fuera un paraguas donde cabemos todos, recoge en su seno a todos, cualesquiera que sea su creencia. Cada ser humano necesita ser acogido y escuchado, sentirse respetado, para lograr una recuperación plena, integral, y volver a tener una vida autónoma.
Por lo tanto, nuestro reto es continuar demostrando que la ilusión, las ganas, la empatía y la cercanía, unidos a la calidad, el respeto, la responsabilidad, bajo el techo de la espiritualidad y con la Hospitalidad como principio fundamental, son herramientas eficaces para erradicar la exclusión.