El primer contacto que tuvo Ana María Caballero Corbalán con la Fundación fue hace 16 años, cuando comenzó su primer voluntariado. Cuatro años después, se sumó a nuestro equipo como trabajadora. Actualmente, es coordinadora del Área Solidaria de la Fundación, Cooperación Internacional, Sensibilización, Obra Social y Voluntariado.
Respecto a esta última área, “los voluntarios son quienes dan sentido al trabajo que realizamos”, nos cuenta. “Sin ellos, nuestros servicios y proyectos se quedarían sin la energía, calidad y calidez que nos aportan”, añade la profesional.
-¿La solidaridad nace de uno propio o se inculca?
-Es algo que se trabaja desde la familia, desde pequeñitos. Nosotros, de hecho, llevamos proyectos de sensibilización a los centros educativos. Ser generoso, agradecido, compartir… Esa enseñanza empieza a forjarse ahí. Las instituciones, como la nuestra, también tienen que tener espacio suficiente para que la sociedad de forma proactiva pueda colaborar. Algunos proyectos no nacen de la fundación, sino de las empresas y la ciudadanía.
¿Qué valoración haces de la campaña de este verano?
-La solidaridad murciana sigue siendo muy especial. Contamos con el apoyo de la ciudadanía, que, al mismo tiempo, también tiene la necesidad de disfrutar, descansar y compaginar el voluntariado con actividades de ocio y tiempo libre, para desconectar un poco de estos años de pandemia.
-¿Cómo animaría a los jóvenes a que se sumaran a este servicio?
-Hay varias fórmulas. La Universidad es, por ejemplo, una de ellas. A través de los créditos CRAU, los universitarios pueden ajustar días o semanas pasara realizar un voluntariado continuado en verano.