La consulta odontológica, ubicada en Jesús Abandonado, realiza más de 50 intervenciones al mes a pacientes en situación de exclusión y pobreza absoluta
Reconocidas ONG y asociaciones solidarias prestan sus servicios en los llamados ‘países del tercer mundo’ llevando ayuda médica, asistencia sanitaria, alimentos, educación y estableciendo planes de emergencia a lugares de extrema pobreza. Pero el odontólogo Francisco López tiene claro, y lo ha demostrado, que «este tipo de acciones también las podemos hacer a nivel local, en nuestro barrio o ciudad».
Y así lo hizo. Hace casi 8 años se embarcó en un proyecto que hoy cumple cerca de seis años ofreciendo de forma totalmente gratuita una atención odontológica digna a personas sin recursos en las instalaciones de la Fundación Jesús Abandonado en la carretera Santa Catalina.
López ofreció sus servicios y presentó su propuesta a la entidad , un plan de actuación a corto, medio y largo plazo que comenzó por la remodelación y adecuación del espacio que se destinaría a la consulta, la tramitación de las licencias legales y la equipación instrumental de la propia consulta. «Los compañeros con clínicas privadas donaron muebles, un sillón profesional y parte del material, el resto fue comprado por la Fundación, y otros dentistas colaboraron en su tiempo ofreciendo su mano de obra. Incluso logramos que visitadores médicos y casas comerciales ayudaran con donaciones de muestras y productos. Y además del trabajo con el que colaboramos el grupo de dentistas e higienistas, los laboratorios también ponen de su parte bajando el precio de las prótesis a los encargos que hacemos desde esta consulta solidaria», relata Francisco López.
Lo que en un principio comenzó como una ayuda sólo para los residentes fijos de Jesús Abandonado –aquellas las personas que pernoctan en sus instalaciones–, se amplió a quienes asistían a los comedores sociales y, más tarde, se convirtió en un servicio gratuito para todos aquellos que son remitidos por los servicios sociales de diversas instituciones como el Ayuntamiento de Murcia, Cáritas o Proyecto Hombre, entre otras.
Una labor que necesita de un gran equipo para poder cubrir de forma satisfactoria toda la demanda y que, aunque en estos momentos está formado por 12 odontólogos e higienistas, durante el pasado año sólo eran tres los profesionales que realizaron una media de 50 intervenciones por mes.
De la mano del Consejo
Este crecimiento del número de voluntarios se debe gracias a la divulgación y apoyo del Consejo General de Dentistas a esta iniciativa y, como consecuencia directa, también se espera que aumenten los pacientes atendidos mensualmente, superando las intervenciones actuales.
Cada dentista solidario acude, como mínimo, un día al mes a la consulta de Jesús Abandonado, aunque siempre acaban pasando por allí otros días con el fin de adelantar los tratamientos a los pacientes. Así no es nada extraño encontrarse por allí a Francisco López un sábado o un domingo por la mañana. «El tercer mundo también lo tenemos en nuestra ciudad o en nuestra calle. No es necesario irse tan lejos para ver a gente totalmente desahuciada, que no tiene nada, o que la enfermedad u otras circunstancias de la vida han hecho que lo haya perdido todo. Todos podemos ayudar a un nivel mucho más bajo y aportar nuestro granito de arena», convence López.
Desde su consulta solidaria, el odontólogo recuerda que nadie está libre de verse en una situación similar, sólo hay que echar un vistazo a los nuevos pobres, y se arma de fuerza y de humanidad para hacer frente a cada uno de los pacientes que llegan hasta sus manos. La mayoría son personas con patologías que ya no se ven en una consulta ordinaria y que son más propias de principios y mediados del siglo XX.
«El problema mayor con el que nos encontramos es gente joven totalmente desdentada o con sus únicas piezas destrozadas que apenas puede comer. Tratamos con personas totalmente excluidas y arruinadas, sin recursos o con una mínima pensión de 300 euros, pero nunca se cobra nada. Todo es gratuito, tanto la consulta, como el tratamiento y el material usado. Ésta es nuestra aportación a un mundo mejor y nuestra acción solidaria». Una labor más que loable que nos muestra el lado más humano de estos profesionales sanitarios.